Animales de Compañía: ¿Qué tipo de cuidador soy?

perro durante consulta veterinaria
Hospital Escuela Facultad de Ciencias Veterinarias
Campus Universitario
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perro con dueño responsable
Perro disfrutando de un paseo al aire libre bajo la observación de su cuidador responsable.

TENENCIA RESPONSABLE

Compartir la vida con perros y gatos tiene un reconocido efecto positivo sobre la salud física y emocional de las personas.

El inicio del vínculo humano - animal se remonta a más de 30.000 años atrás, y es beneficioso para ambas partes.

En torno a ello, desde nuestro rol como cuidadores, es de importancia ser conscientes de la responsabilidad que implica. La tenencia responsable es el compromiso que debe asumir una persona o una familia cuando decide adoptar un perro o un gato como animal de compañía de modo de asegurar el bienestar de ese nuevo integrante familiar.

Este bienestar de los animales se logra básicamente cubriendo las necesidades que se enumeran a continuación:

  • la necesidad de alimento y bebida en cantidad y calidad;
  • la necesidad de confort;
  • la necesidad de salud;
  • la necesidad de expresar el comportamiento normal de la especie y convivir con otros y
  • la necesidad de experimentar estados afectivos positivos.

¿Cómo se planifica una adopción?

La elección de llevar un perro o gato a casa debe ser una decisión muy bien pensada y acordada entre todos los miembros de la familia. Es fundamental que ese nuevo integrante pueda adaptarse a la dinámica y estilo de vida de su futura familia. Si bien cualquier persona tiene la libertad de compartir e integrar a su vida uno o más animales de compañía, una vez que ha tomado la decisión de hacerlo, asume una responsabilidad que no puede elegir cumplir o no. Esta responsabilidad inicia mucho antes de que el animal llegue a casa, pues previo a la adopción se debe considerar la necesidad de dedicarle, por un lado, tiempo para la socialización tanto en el hogar como en los paseos que realice, y por el otro, el costo monetario destinado a la alimentación, aseo y atención médica veterinaria.


¿Cómo se logra que nuestro animal de compañía tenga el comportamiento normal de la especie y conviva con otros?

La socialización del cachorro debe realizarse adecuadamente, teniendo la posibilidad de acudir a un asesoramiento profesional en caso de considerarlo necesario. Es fundamental respetar los tiempos de maduración de la especie, los cachorros deben permanecer en contacto con su madre y hermanos hasta los 2 meses de edad, ya que a partir de la interacción entre ellos adquieren pautas y mecanismos de control de su conducta, como por ejemplo la inhibición de la mordida y el control de la fuerza cuando muerde. Se sugiere generar un entorno tranquilo para el día de su llegada, permitiéndole al cachorro que explore a su gusto el nuevo ambiente.

Durante los primeros días de convivencia es importante evitar experiencias negativas para ellos como podría ser la toma de un baño o la visita al médico veterinario. Si hay niños muy pequeños en la casa, debería evitarse que tomen al cachorrito como un juguete, por el contrario, se recomienda fuertemente alentar en ellos el cuidado y trato respetuoso del nuevo integrante de la familia.

No se recomienda mantener a los animales permanentemente encerrados o amarrados, ya que esta situación no sólo aleja al animal de la situación de confort, sino que también aumenta el estrés y el desarrollo de conductas indeseables, como ladridos y maullidos en exceso, que molesten a los vecinos, aunque no salgan de casa. Los paseos deben realizarse con correa y es deber del paseador recoger sus excrementos.

¿Cómo se cubre la necesidad de salud?

Tanto los perros como los gatos necesitan atención médica con regularidad, especialmente en el caso de los cachorros. Es necesario mantener el plan sanitario (vacunaciones y desparasitaciones) al día, no sólo por la posibilidad de que el perro o gato enferme, sino que también por cuestiones de salud pública.

Si el animal manifiesta signos de enfermedad (tales como vómitos, diarrea, inapetencia y decaimiento, por nombrar sólo algunos) se debe acudir al veterinario y nunca medicarlo sin prescripción veterinaria, ya que muchos medicamentos utilizados en humanos suelen ser tóxicos para los animales.

Por otro lado, los controles periódicos una vez al año en animales menores de 6 años y cada 6 meses en los animales mayores a 6 años permitirá detectar enfermedades de manera temprana, principalmente en aquellos perros y gatos de edad avanzada.


¿Qué efecto provocan los animales sueltos en la vía pública?

La existencia de animales en la vía pública revela la falta de responsabilidad de sus cuidadores, tanto desde el punto de vista de su bienestar (no estamos ofreciéndole un entorno adecuado libre de peligros a nuestro animal de compañía), como para con el resto de la sociedad. Al permitir que el animal circule en la vía pública sin supervisión se lo expone a otros animales, a accidentes automovilísticos y a la crueldad de algunas personas. Asimismo, puede convertirse en un agresor, en un factor de contaminación, en un potencial transmisor de enfermedades y en un depredador de fauna silvestre y animales pecuarios.

Por otro lado, a través de la materia fecal y la orina, perros y gatos diseminan agentes infecciosos y parasitarios que pueden producir enfermedades a otros animales y/o a las personas (en este último caso se denominan enfermedades zoonóticas). Esto convierte a los lugares públicos en focos de riesgo para la salud de la población, sumado a la contaminación ambiental producida por la dispersión de los residuos domiciliarios cuando los perros rompen las bolsas de basura y desparraman su contenido.

Además, uno de los principales motivos de consulta en las clínicas veterinarias incluye la atención de perros y gatos que han sufrido heridas por ser atropellados y, en más de una oportunidad, no es el primer episodio por el cuál ese mismo animal ingresa.

Algunos no sobreviven, y otros quedan postrados de por vida, lo cual habla del peligro que implica la calle para los animales de compañía. También son numerosos los casos de animales envenenados por estar expuestos a la crueldad de las personas.

perros callejeros
Perros callejeros en un ambiente con residuos domiciliarios disponibles agrediendo a un ciclista.
perro en hospital escuela HEPA
Perro durante la consulta médico veterinaria en el Hospital Escuela.

¿Cómo colaboramos con la reducción de la población canina callejera?

La tenencia responsable implica también evitar que los animales se reproduzcan sin el control de los tutores. Cuando los animales consiguen escaparse tienen camadas indeseadas cuyos cachorros se suman a los animales abandonados por aquellos cuidadores que abandonan su responsabilidad de tenerlos dentro del hogar. Asegurar el vallado de los patios y fondos de las casas es fundamental para evitar que los perros se escapen y permanezcan en la calle.

La castración es otro método de control de la población y tiene beneficios no sólo en la reproducción indeseada, sino que resulta un método de prevención de ciertas enfermedades graves que pueden poner en riesgo la vida, podemos citar aquí algunas como por ejemplo piómetra (acúmulo de pus en el útero), brucelosis, prostatitis, cáncer de mama.

Sin embargo, muchas personas rechazan la idea debido a mitos o informaciones falsas que circulan y es por ello fundamental contar con un médico veterinario que nos informe y ayude a tomar la decisión más adecuada e incluso nos indique cuál es el momento más adecuado para realizarla.

¿Cómo podemos colaborar colectivamente con el control de los animales callejeros?

Una forma en que la comunidad puede colaborar en el control de la población canina callejera es a través del correcto manejo de los residuos domiciliarios. Reducir el volumen de alimento disponible (basura suelta) en el ambiente aumenta la tendencia a que los perros permanezcan cerca de sus hogares, pues menos alimento disponible, menos merodeo.

Esta responsabilidad también se extiende a evitar poner en veredas, negocios y plazas alimentos a disposición de los perros de la calle, práctica frecuente en los conglomerados que en definitiva constituye una “responsabilidad parcial” de ese animal callejero, pues la responsabilidad plena es la adopción por una persona que lo cuide en forma definitiva.

Finalmente¿existen mecanismos para controlar el cuidado responsable de los animales?

Para garantizar el cuidado responsable existe, además de las normas de Bienestar Animal reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA)[1], un marco legal que establece los deberes de los cuidadores de animales y las sanciones ante el no cumplimiento de los mismos. En nuestro país rige la Ley 14.346[2] y los artículos comprendidos en el Título IX del capítulo 1 del Código Civil y Comercial de la Nación[3], en donde se establecen las penas para las personas que maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales, así como la responsabilidad que tiene el cuidador sobre el daño causado por los mismos.


"En conclusión, la interrelación de los humanos con los perros y gatos tiene un reconocido efecto positivo para ambas partes del vínculo. Respetar las normas básicas de higiene personal y ambiental, contemplar las necesidades específicas de la especie respetando su naturaleza, llevar a los animales a controles médicos veterinarios periódicos y preparar a los integrantes de la familia preparar a la familia para su recibimiento, cuidados y tratos diarios, son condiciones básicas para lograr una convivencia de calidad que nos permita gozar plenamente de los beneficios que brinda compartir la vida con ellos."

 

Texto publicado en El Eco de Tandil, 30 de abril de 2023



[1] https://www.woah.org/es/que-hacemos/sanidad-y-bienestar-animal/bienestar-animal/

[2] https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-14346-153011

[3] http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texactley340_libroII_S2_tituloIX.htm#:~:text=causados%20por%20animales-,Art.,su%20recurso%20contra%20el%20propietario.

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